La construcción del ideal de belleza en Freud : viajes y encuentros decisivos en torno a Italia (1895-1913)
Sabemos que de 1895 a 1913, Freud visitó Italia diez veces en sus vacaciones de verano. Durante el invierno, después de atender a sus pacientes, leía y se documentaba en profundidad en torno al arte y la cultura de este país. Los viajes realizados por el maestro vienés en este periodo suponían -en sus propias palabras- una fuente de goce y bienestar corporal, pero también los entendía como viajes de estudio y reflexión. Son años fundamentales en la maduración de grandes temas metapsicológicos como la sexualidad, el sentimiento de culpa o la importancia de la fantasía que habrán de culminar en su formulación del tema del ideal del yo/narcisismo y de su relación con el «ideal de la belleza». En presente trabajo se establecen tres etapas fundamentales en torno a la evolución del concepto freudiano de belleza: una fase inicial hasta 1910, basada en las obras de pintores italianos como Moretto, Tiziano o Rafael. El arquetipo femenino de la madre asexuada (Madonna) representa un ideal de belleza, basado en la virginidad. Asociado a este ideal, Freud se va a referir a los temas clínicos de la culpa y el síntoma histérico. Una fase intermedia (1910-1913) centrada en la figura de Leonardo da Vinci. El ideal de belleza se sitúa en este momento más allá de la diferenciación de los sexos. La «sonrisa de Leonardo» nos remitiría a la conciliación de la bisexualidad. Y, por último, una fase final (1913-1914) centrada en las obras de Miguel Ángel, concretamente en su Moisés. En este momento, Freud afirma que la belleza surge del vínculo amoroso que el artista establece con su creación…
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